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En México, donde las calles cuentan historias de “viejísimas” tradiciones y múltiples creencias, el principio que garantiza la separación entre el Estado y las religiones, asegurando libertad religiosa (laicidad), enfrenta un desafío silencioso pero contundente: encontrar su lugar en los gobiernos locales.

Durante dos años, el Dr. Felipe Gaytán Alcalá, investigador del departamento de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad La Salle México; líderes religiosos de diversas denominaciones (católicos, musulmanes, judíos, cristianos evangélicos, mormones, metodistas, entre otros) y funcionarios públicos, recorrieron los estados de Quintana Roo, Chiapas, Tabasco, Morelos, Hidalgo, Jalisco, Aguascalientes y Sonora, para observar cómo las autoridades municipales y estatales equilibran el respeto por la diversidad religiosa, las demandas de libertad y la aplicación de un principio constitucional (laicidad) que parece desdibujarse en la práctica cotidiana.

Para dar sentido a esta complicada situación, el Dr. Gaytán y el equipo de trabajo, aplicaron metodologías innovadoras, como análisis regionales y mapas cartográficos de la diversidad religiosa, entrevistando a líderes religiosos y funcionarios públicos, dando como resultado el primer diagnóstico nacional sobre laicidad en el ámbito local. Su trabajo no solo identifica los puntos de conflicto, sino que pone en evidencia la necesidad de replantear cómo los gobiernos locales gestionan estas relaciones.

La investigación reveló que, lejos de las oficinas federales, la relación entre religión y política es confusa. En varios municipios, festividades religiosas cuentan con apoyo económico oficial, lo que genera conflictos entre estos grupos y pone en duda la separación entre Estado e iglesia. Por ejemplo, tradiciones como los altares de muertos, profundamente arraigadas en la cultura mexicana, se convierten en un punto de tensión entre lo cultural y lo religioso, cuestionando hasta dónde debe llegar la laicidad.

La situación es aún más compleja para las comunidades religiosas pequeñas. En estados como Quintana Roo y Sonora, agrupaciones musulmanas enfrentan discriminación social basada en prejuicios culturales, mientras que grupos aun más reducidos, como los seguidores de la Santa Muerte, lidian con la marginalidad y el estigma. A pesar de que estas tensiones no siempre provienen del gobierno, sí reflejan un entorno donde las políticas locales rara vez consiguen coordinarse con las federales, colocando a muchos en una situación de incertidumbre legal.

Este diagnóstco se entregará a la Secretaría de Gobernación en las instalaciones de la Universidad La Salle México con el propósito de construir políticas públicas que respeten las tradiciones sin comprometer los principios de laicidad.

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