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  • La ingesta de ácidos grasos omega-3 pudiera ser un factor relacionado con la severidad de la enfermedad COVID-19 
  • Aunque se necesitan más estudios, su manera de actuar parece que es a través del control de la inflamación y disminuyendo la probabilidad de infección viral. 

 

Muchos factores explican porque algunos países han sido golpeados fuertemente por la pandemia de COVID-19: distintos factores económicos, factores sociales, la calidad de las instituciones de salud y factores ambientales han sido mencionados y estudiados. Dentro de los factores, la dieta puede tener un papel fundamental en el estado de salud del paciente y en cómo puede responder a la enfermedad. 

Los alumnos Alonso Vivar, María José Araiza y Patricio Hernández, de sexto semestre de QFB, asesorados por los investigadores Marco Antonio Loza, Arely Vergara y Juan Rodrigo Salazar, la jefa de carrera de QFB Gabriela Ramírez y el exalumno Rodolfo Pinto del Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca,  publicaron el artículo “In Silico Study of Polyunsaturated Fatty Acids as Potential SARS-CoV-2 Spike Protein Closed Conformation Stabilizers: Epidemiological and Computational Approaches” donde informan del potencial papel de la ingesta de ácidos grasos omega-3 en la severidad de COVID-19. 

La investigación inició con la observación de que ciertos ácidos grasos poliinsaturados se unen a la proteína spike, la cual es importante para que el virus SARS-CoV-2 entre a la célula, y de esta manera estos ácidos grasos podrían ayudar a disminuir la infección viral. Ello motivó a los alumnos e investigadores a evaluar la relación entre el consumo de este tipo de ácidos grasos en la dieta y las tendencias en la pandemia por COVID-19. A partir de un análisis epidemiológico, encontraron que las regiones del mundo que reportan un mayor consumo de omega-3, los cuales suelen estar presentes en algunos tipos de pescado como salmón o bacalao, informan una menor tasa de letalidad por COVID-19. Y aunque muchos factores contribuyen a estas diferencias, la dieta como factor modificable es un aspecto para considerar. 

Para encontrar una posible explicación a ello, se realizó una revisión del papel biológico de los ácidos omega-3 en la regulación de los procesos inflamatorios. Por otra parte, se hicieron estudios computacionales para simular si los ácidos omega-3 podrían bloquear a la proteína spike del virus SARS-CoV2, y cuyos resultados sugieren que esta es una posibilidad. De tal suerte que los ácidos grasos omega-3 podrían actuar por dos vías en la severidad de la enfermedad: controlando la inflamación y ayudando a disminuir la entrada del virus a las células.  

Aunque la ingesta de ácidos grasos omega-3 no prevendría la infección, una dieta equilibrada y completa, que los contenga en cantidades adecuadas es un factor que podría contribuir a disminuir la severidad de la enfermedad en los pacientes. Estudios como este, además de integrar y promover la investigación transdisciplinaria, motivan al desarrollo de ensayos clínicos para comprobar estas hipótesis. 

El artículo es de acceso libre y puede ser consultado en este link 

 

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