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Si alguna vez has sentido que el calor insoportable ha aumentado los últimos años en la Ciudad de México, te cuento que en Santa Cruz Xoxocotlán, Oaxaca, se siente como si el sol estuviera en modo venganza. Las estudiantes de la Universidad La Salle Oaxaca, Irma Cecilia Martínez, Karina Guadalupe Morales, Sandy Edith Benítez, y su compañero, Uriel Pérez Salgado, analizaron por qué algunas partes de la ciudad parecen una sartén ardiente mientras que otras se mantienen más frescas. El culpable, es un fenómeno llamado Isla de Calor Urbano (ICU), que ocurre cuando las ciudades absorben y retienen más calor debido a la falta de vegetación, el uso excesivo de concreto y asfalto, y la actividad humana como la simple acción de usar el coche.

Para entender a fondo el problema, el equipo de investigación, decidió comparar dos maneras de clasificar el territorio según su temperatura y características urbanas. Por un lado, usaron el método WUDAPT (World Urban Database and Access Portal Tools), que se basa en imágenes satelitales para mapear las zonas climáticas locales. Por otro, hicieron un trabajo de campo exhaustivo recorriendo la ciudad, tomando fotos y registrando en detalle las construcciones, los materiales y la cobertura vegetal.

Dividieron la ciudad en 59 áreas geoestadísticas básicas (una especie de pequeños barrios definidos por el INEGI) y analizaron cada una. Se enfocaron en aspectos como el tipo de suelo, la presencia de parques o árboles, el tamaño y la cantidad de edificios, y hasta los colores de los materiales, ya que estos influyen en cómo se absorbe o refleja el calor. Luego, compararon lo que observaron en el terreno con los mapas de calor obtenidos por satélite. Y aquí viene lo interesante, los resultados mostraron diferencias de hasta un 54% entre ambos métodos. En promedio, el margen de error fue del 21.32%, lo que significa que el método satelital por sí solo no es tan preciso en un terreno tan diverso como el de Xoxocotlán.

Las zonas con mayor temperatura se ubicaron en el sur del municipio, cerca del aeropuerto, y en el oeste, donde la ciudad ha crecido rápido y sin mucho orden. En estas áreas predominan superficies pavimentadas y pocas áreas verdes, lo que provoca que el calor quede atrapado y la temperatura suba más que en otras partes.

Como resultado, este proyecto de investigación obtuvo el primer lugar en el área de Diseño y Tecnología en la edición XXV del  Concurso Lasallista de Investigación, Desarrollo e Innovación (CLIDI) en La Salle México. Un logro increíble que resalta el talento y dedicación del equipo.

Este estudio sienta las bases para futuras investigaciones. Con estos datos, se pueden desarrollar estrategias para combatir el calor extremo en Xoxocotlán, como la creación de techos verdes, la reforestación de ciertas zonas o el uso de materiales que reflejen mejor la luz solar en las nuevas construcciones.

Así que la próxima vez que estés en Xoxocotlán y sientas que el pavimento está derritiéndose bajo tus pies, ya conoces la razón. No es solo el clima, es el diseño urbano. Y con estudios como este, hay esperanza de que en el futuro tengamos ciudades con menos cemento y más árboles.

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